Puede besar a la novia
Una de las frases más célebres y esperadas en las bodas es “...puede besar a la novia”. Si bien no es parte de todas las ceremonias de matrimonio, es todo un símbolo nupcial que hemos escuchado en infinidad de películas y hasta en el registro civil toda vez que el juez da por concluida la celebración matrimonial.
Los tiempos han cambiado, hoy esta frase es considerada por algunos de anticuada y hasta machista, e incluso cada vez es más frecuente la celebración de matrimonios igualitarios, lo que llevó a que muchos jueces y autoridades religiosas la hayan reemplazado por “pueden besarse”, o “los novios se pueden besar”.
El beso de los novios en el altar sella de manera simbólica los votos matrimoniales, y cuando un sacerdote o juez invita a los novios a besarse, esta anunciando la finalización de la ceremonia nupcial, e indica que los novios ya son marido y mujer.
Este primer beso de la pareja en el altar puede ser un beso apasionado e intenso, cariñoso y romántico, tímido entre risas y nervios, o un beso de película, pero siempre será un símbolo de amor, cariño y respeto, haciendo honor al primer beso de los novios.
Buscando un origen a esta hermosa tradición del beso nupcial en el altar, deberíamos remontarnos a costumbres y tradiciones ancestrales.
Podríamos asociarlo a un rito pagano en la consumación pública del enlace, donde se daba permiso para besar a la novia una vez la pareja contara con los derechos del matrimonio.
Antaño, en distintos pueblos y culturas las parejas tenían prohibido cualquier tipo de contacto físico como tomarse de las manos o besarse antes de la consumación del matrimonio, y besarse ante los presentes, era una forma de atestiguar que la unión era verdadera.
También podría asociarse a costumbres de la antigua Roma, donde todos los pactos se sellaban con un beso. Si tomamos el enlace matrimonial como un pacto y compromiso para toda la vida, la firma espiritual de este pacto sería con ese primer beso.
Por otro lado el judaísmo considera al matrimonio como el enlace de dos almas que se unen para formar un solo ser y crear una nueva familia, lo que místicamente se daría a través del beso que sella dicho enlace.
Popularmente se cree además que el beso de por sí atrae la fortuna. Muchos apostadores besan sus billetes buscando la suerte, infinidad de deportistas lanzan besos al aire antes de un partido, o luego de una anotación, y no falta quienes buscan besarse bajo una rama de muérdago al comenzar el año para tener suerte, por lo que no estaría de más pensar en un beso nupcial para augurar suerte y fortuna a la novel pareja.
Si es lo que sueñas para tu boda no dejes de hablarlo con quien vaya a presidir la ceremonia para evitar la frustración de perder tan esperado momento de sellar la unión con un cariñoso y enamorado beso.