El ajuar de la novia

Antiguamente las mujeres dedicaban tiempo desde muy jóvenes en el montaje de su ajuar de novia, incluso antes de tener una pareja, o siquiera pensar en una boda.

Foto de Anna Docking en Unsplash

Esta tradición occidental nace en Europa, siendo especialmente frecuente en las familias campesinas, y perdiendo fuerza hacia mediados del siglo XX.

Era costumbre que madres, tías y vecinas colaboraran con esmero, amor y dedicación en la confección de manteles, servilletas, sábanas, fundas de almohadas y cojines, edredones, cubrecamas, toallas, pañuelos, camisones y batas, con exquisitos bordados, mismos que curiosamente debían realizarse en número par de prendas, 2, 4, 6, 8,.. etc.

La preparación del ajuar era lenta, las mujeres con más experiencia enseñaban a bordar a las más jovencitas, y pasaban horas dedicadas a la tarea del bordado, siendo valiosos y enriquecedores momentos para socializar.

Los materiales más utilizados eran organza, hilo, lino de damasco, seda y algodón; los tonos solían ser el blanco y natural, y los bordados eran utilizando el mismo tono de los géneros.

Arcón de boda


Tradicionalmente era el día del compromiso cuando el novio entregaba a la novia un “arca de ajuar”, “arcón de boda”, o “cofre de la buena esperanza”, realizado en madera, y más o menos decorado.

La madre del novio era quien escogía los monogramas con que se grabarían las prendas del ajuar, y el arcón se completaría con todos los juegos de mesa, lencería, cama y aseo, cuidadosamente confeccionados y bordados.
 

Hoy 


Con el tiempo esta tradición fue evolucionando y actualmente se denomina ajuar de la novia, a la lencería que lucirá la novia en su boda, su noche de bodas y durante la luna de miel, con prendas que inspiren mucho romanticismo y sensualidad, para hacer inolvidable este primer tiempo de casados.

Hoy día, muchas casas de lencería especializadas preparan ajuares de novia a la medida de cada mujer. Incluye lencería y corsetería muy femenina, fina y elegante, con románticas y deslumbrantes prendas.

Tendrán protagonismo los encajes, gasas, tules bordados, satén, seda, y telas con texturas muy sugestivas, sensuales, románticas y de ensueño.

Los colores que se imponen son el blanco, natural, rosa, negro, y rojo para noches de mucho juego y pasión.
Foto de Morgan McDonald en Unsplash

Siempre


Muchas novias gustan de mantener la costumbre de preparar y seleccionar el ajuar de boda en el sentido más tradicional del mismo. En estos casos madre e hija suelen involucrarse en la elección y compra de las piezas del ajuar, siendo una bonita actividad a la cual entregan mucho tiempo y dedicación durante los preparativos de la boda.

Para quienes mantienen esta tradición y aquellas novias que quieran recuperar esta bonita costumbre, se cuenta con tiendas especializadas que diseñan monogramas, bordan las  prendas, y ofrecen ropa blanca y lencería en los más exquisitos géneros.

Hay también quienes aún realizan bordados artesanales, manteles y mantones en ganchillo a mano, consiguiendo piezas únicas y soñadas.

Para completar un ajuar tradicional y de ensueño se buscará al menos una mantelería de hilo fino para ocasiones especiales, y algún juego de baño y cama en lino para una noche especial, o bien para agasajar algún invitado.