Celebración de la Pascua Judía - Pesaj

En las celebraciones de Pesaj se rememora el Éxodo del pueblo judío, en el tiempo de la liberación, Zman Jerutenu, restaurando la esperanza en la nueva liberación. Se evoca lo que se vivió en el pasado, para ver con alegría y optimismo el porvenir. 

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Pesaj se celebra a partir del 15 del mes de Nisan, primer mes en el calendario festivo judío, y tiene una duración de ocho días. La celebración de Pesaj coincide con la fiesta de la Primavera, Jag Haaviv, siendo entonces el festejo de dos transformaciones felices; la del esclavo en individuo libre, y la del suelo estéril, en campo floreciente y lleno de vida. Tán conectadas están estas dos celebraciones, que el sábado de Pesaj se da lectura al “Cantar de los Cantares”, Schir Haschirim de Salomón, donde se evoca la belleza del paisaje en primavera, y la transformación de la naturaleza en estas fechas.
 
El tiempo de Pesaj se caracteriza por el consumo de pan ácimo (plano), ya que no está permitida la ingesta de alimentos derivados de cereales fermentados, entre ellos trigo, cebada, avena, y espelta. Durante ocho días se reemplaza el pan común por Matza (pan hecho a base de harina de trigo y agua). El Matza representa al pan que no tuvo tiempo a fermentar, a leudar, durante la presurosa salida de Egipto. Es el pan de la privación, recuerda el tiempo de opresión, e induce al pueblo judío a no abusar del poder, a velar por el derecho del prójimo, a ayudar al necesitado.
Desde la destrucción del segundo Templo, la celebración de la cena pascual, Seder Pesaj, (durante la primer noche de Pesaj), se realiza únicamente en el hogar, por ello lo involucra muy profundamente. Ya desde días previos a la festividad se preparan vajilla, manteleria, adornos; se realizan platillos y condimentos especiales. A la llegada de la víspera de Pascua, Erev Pesaj, la casa y sus moradores ya se sentirán renovados. 
 
La familia entera se involucra en esta ceremonia festiva de la cena pascual, Seder Pesaj, padres, hijos, y nietos. Y es a través del libro de oraciones de ceremonial, Hagada, que cada uno participará activamente de los rituales en los festejos pascuales, alrededor de la mesa.
 
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El padre contará a sus hijos la historia del éxodo, habrá preguntas y respuestas en el librillo que harán de guía al relato, también se indicarán las formalidades durante la cena, desde el primer plato, hasta los postres, y durante la celebración. También el libro indicará los momentos de cantar himnos alegres y melodiosos. 
 
La mesa del Seder deberá estar deslumbrantemente arreglada, con bellas bandejas, copas, y los más bellos candelabros con sus velas encendidas. 
Antes de sentarse a la mesa, las copas deben estar llenas, servidas con vino, Kidush, y debe reservarse una copa servida para el profeta Elías, comensal invisible de las cenas pascuales. 
 
Frente al lugar donde se sentará el jefe de familia se ubica la bandeja del Seder, de metal tallada o de porcelana con dibujos alusivos, que contiene los símbolos del Seder:
 

Hueso asado - Zeroa

Recuerda al cordero que antiguamente se sacrificaba en Pascua.
 

Hierbas amargas - Maror

Con su sabor se rememora la amargura que vivieron nuestros antepasados en Egipto.
 

Manzana y Nuez - Jaroset

Están trituradas con canela y vino, y su color evoca el barro que los esclavos usaban para hacer los ladrillos de las fortalezas de Pitom y Ramsés.
 

Huevo asado 

Recuerda la ofrenda festiva, y lo tornadizo de la fortuna. Es además un símbolo de duelo por la pérdida del Templo.
 

Verduras, vinagre y sal - Karpas

por un lado hay perejil, lechuga y rabanitos, por otro vinagre o agua salada. Al comenzar la cena cada comensal tomará una porción de estos y la remojará en el líquido antes de llevarlas a la boca, como hacían nuestros antepasados.
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Tres Matzot

Pueden estar sobre la misma bandeja o en un plato aparte, cubiertos con una tela bordada, a veces con el texto de la bendición. 
         
Es a través de esta ceremonia, reviviendo los episodios de liberación física y espiritual, que se infunde la fe y la esperanza para enfrentar el destino.
 
Esta noche la puerta de casa permanecerá abierta, y antes de sentarse a la mesa el dueño de casa se asomará para invitar a quien quiera acompañar , “Quien quiera celebrar Pesaj, que venga y festeje con nosotros”, en un afán de unión colectiva.