Casarse en Segundas Nupcias

Quienes deciden casarse por segunda vez, desean rehacer su vida y apostar por una nueva oportunidad de amor y vida de a dos, pasando una vez más por la ilusión y aventura que encierran los preparativos de una hermosa y memorable boda.
Foto de Pars Sahin en Unsplash
Siempre que una pareja decide casarse debe tener muy claro ciertos puntos que salvaguarden un futuro juntos, y si uno de los dos, o ambos, lo están haciendo por segunda vez, se deberán tocar temas más delicados para prevenir inconvenientes en esta nueva etapa de la vida.
 
Se debe tener claro si ambos querrán o no tener hijos fruto de este nuevo matrimonio.

Si cada uno está dispuesto a convivir con hijos de su pareja, determinar qué tipo de relación se tendrá con las ex parejas de los cónyuges, entre otros temas relevantes, aunque estos aspectos seguro ya fueron madurando durante la relación de noviazgo.
 

Cualquiera sea la circunstancia, toda boda es una gran razón para celebrar


Las segundas nupcias son celebraciones muy especiales para los novios, así como también para sus familiares y amigos. El estilo de la celebración dependerá de la personalidad de la pareja.

Aunque la mayoría prefieren una celebración informal, involucrando a los amigos y familiares más íntimos, hay quienes sueñan y prefieren realizar una majestuosa boda a lo grande.
 

Boda civil

 
Para casarse en segundas nupcias por lo civil, el matrimonio anterior debe estar disuelto por divorcio, por la defunción de uno de los cónyuges, o por la anulación de la primera unión. 

Boda religiosa 

 
La religión católica considera el matrimonio religioso un sacramento indisoluble, por lo que no reconoce el divorcio. En las segundas nupcias se puede realizar una bendición de las alianzas, siendo una ceremonia más breve, que no representa un sacramento. 

Si la Iglesia decide anular el matrimonio anterior por considerar que el sacramento no es válido, se puede volver a celebrar una boda religiosa, y en caso de viudez, la Iglesia no se opone a una boda religiosa en segundas nupcias.
 
La religión judía tolera el divorcio, por lo que es posible casarse en segundas nupcias una vez los cónyuges obtengan la sentencia de divorcio religiosa. La religión musulmana acepta también el divorcio, y la pareja debe contar con el divorcio religioso para volver a casarse sin ningún contratiempo.
 

Protocolo

 
Para que una pareja anuncie las segundas nupcias, es recomendable que ya estén legalmente divorciados. Se puede aceptar un anillo de compromiso, más lo adecuado es que lo luzca en público una vez legalizada su situación, o la de su prometido.
Foto de Jonathan Borba en Unsplash
Si bien los divorciados pueden casarse tan pronto se legalice el divorcio, lo aconsejable es permitirse establecer con la nueva pareja, lazos emocionales bien afianzados, para lo cual es necesario darse tiempo.
 
En el caso de personas viudas, lo más adecuado es que guarden por lo menos un año de luto antes de volver a casarse, como símbolo de respeto a la memoria de la pareja difunta. 
 
Si bien las parejas divorciadas pueden celebrar su boda como prefieran, el buen gusto y tacto sugiere que lo adecuado es evitar opacar la primer boda, especialmente si ambos ya han estado casados anteriormente.
 

La celebración de una boda diferente

 
Hoy día ya no hay tabúes ni temores al qué dirán. La idea de una boda austera, que pase desapercibida por ser la segunda, es cosa de antaño.

Lo ideal es celebrar una boda totalmente distinta a la anterior, con otras variantes, estilos, momentos y lugares, para hacer de ésta, una boda original e inolvidable. 
 
Sencilla o muy fastuosa, que sea la mejor. Los rituales de la celebración de bodas como bailar el vals, arrojar el ramo, o la liga de la novia, que se realizan en las bodas de primera vez, no tiene por qué ser omitidas en esta ocasión.
 
Si por alguna razón no se está preparado para una gran fiesta, optar por la sobriedad y la sencillez celebrando entre familiares y amigos más íntimos con una comida-cóctel, será de muy buen gusto también. 
 

Vestido de novia

 
Definir un segundo vestido de novia puede generar ciertas incertidumbres, ya sea por el hecho de que suele celebrarse sólo por civil, por la edad de los novios, o simplemente porque la madurez y la experiencia incita a probar cosas distintas, más audaces, y menos convencionales. 
 
Las segundas nupcias dan cierta libertad y creatividad especial a la novia al buscar y definir un estilo perfecto para lucir y dar el sí quiero otra vez. Los diseñadores de vestidos de boda crean magníficas alternativas pensando especialmente en segundas nupcias.
 
La gama de tonalidades que utilizan es muy amplia, y complementan los vestidos exquisitamente bien con velos, apliques, coronas de flores para el pelo, o sombreros, dependiendo del estilo escogido. 
 
La elección final dependerá de la formalidad de la ceremonia, de la hora en que se realizará la misma, pero muy especialmente del gusto y personalidad de la novia, debiendo sentirse bien y  muy cómoda. 
Foto de Jakob Owens en Unsplash

Hijos

 
Cuando hay hijos de matrimonios anteriores, es importantísimo que la pareja hable y comunique abiertamente de sus planes a los chicos, y sean ellos los primeros en enterarse de la decisión de unirse en matrimonio. 
 
Si durante la relación de noviazgo la pareja ha ido involucrando a los niños, todo será mucho más fácil. Se debe hacer entender desde un inicio que la nueva pareja no reemplazará al padre o a la madre, y que la relación con ellos no cambiará con la llegada de esta nueva persona a sus vidas.
 
Lo ideal es procurar que sientan siempre que ellos no están perdiendo a su padre, o madre natural, sino que están ganando un nuevo afecto, amigo o amiga, con el que también podrán contar incondicionalmente.
 

Participación de los hijos

 
Lo más aconsejable es, en la medida de lo posible, incluir activamente a los niños en la ceremonia y festejos de la boda. Cuanto más involucrados estén, se sentirán parte del acontecimiento, y esto ayudará en el proceso de elaborar la nueva situación. 
 
Se puede involucrar a los chicos solicitando su ayuda y sugerencias en distintos aspectos que se vayan presentando durante los preparativos, e incluirlos en la ceremonia como madrinas o padrinos de boda, llevando los anillos, regando pétalos de flores durante el enlace nupcial, o como anfitriones de la fiesta. 
 

Un ceremonial muy particular 

 
De una manera muy emotiva, divertida y original, se puede incluir un ceremonial especial dentro de la ceremonia de boda, donde se involucre a los hijos muy especialmente.

Dejar sentado a través de una alianza o compromiso, que los chicos formen parte de este nuevo proyecto de vida familiar. 
 
Ponerlo en palabras y expresar su aceptación, sellará dicho compromiso de una manera muy singular y emotiva. Simbolizarlo a través de algo material afianzará aún más dicho compromiso.

Colocar en este acto una medallita familiar, como símbolo de unión, de amor a la familia, y sincera intención de ser fieles y confiables. 
 
La medalla podrá tener alguna frase o símbolo que la nueva familia tomará como propia. La pareja coloca el collar alrededor del cuello de cada uno de los hijos, al tiempo que prometen amarlos y apoyarlos en todos los momentos de sus vidas. Será un momento muy especial para todos, y rememorarlo, podrá ayudar a esquivar y evitar muchas situaciones difíciles.
 
Es vital hablarlo antes con las ex parejas, para evitar lastimar, o generar conflictos. Se tendrá siempre el cuidado de no herir susceptibilidades con los ex, especialmente si han quedado en buenos términos.